Sentía la opresión. En el cuello, alrededor de las cuerdas bucales sobre todo. A ratos, , esa presión se notaba tanto que, hasta le dificultaba la respiración, entonces, tomaba aire con fuerza y notaba cierto alivio. Pero ella sabía bien que, no era un problema físico el suyo , aunque se mostrara de esa forma , en sus órganos. El origen estaba mucho más adentro o mejor, estaba fuera de ella y, le ocasionaba ese inmenso malestar. Llevaba años , demasiados para mí, con esa presión externa, pero que no siempre le hacía sentir eso; otras, era un gran agujero el que se iba formando en su cuerpo, desde dentro hacia fuera, extendiéndose rápido y con fuerza, y que también la dejaba sin poder respirar de forma normal, sino todo lo contrario; le faltaba aire, y le faltaba cuerpo, estaba ocupado por ese vacío tan grande. Pero, tras años así, lo que ella iba notando era, que se habia acostumbrado a esos momentos de alguna forma; no que ya no le afectara lo que los ocasionaba, sino que cuándo se manifestaba cada uno de esos signos en su cuerpo, no le eran nada extraños ; cuándo aparecían ya los reconocía casi como a unos viejos compañeros de fatigas, y, entonces , volvía a preguntarse si es que ya no iba jamás a salir de esa situación. Un dia y otro también se repetía todo, y entonces descubrió que nada cambiaría a quién causaba aquello, y ella mucho menos que nadie. Entonces, una tenebrosa idea empezó a abrirse en ella , y sintió miedo. Pero, a diferencia de todas las ocasiones anteriores, empezó a tenerlo de ella.
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