lunes, 1 de octubre de 2007

No puedo quitar mis ojos de tí

Domingo , muy temprano. No hay nadie en la carretera . Un trayecto de pocos kilómetros que por una vez, puedo hacer en su tiempo real.
No están los habituales vehículos que van lentamente , muy lentamente, salvo cuándo el semáforo lleva un rato en verde que es cuándo aceleran, pero ya a tí te pilla en ámbar y ahí te quedas, esperando.
Tampoco están los que ,sea la hora que sea, siempre se te pegan detrás, casi en tu asiento trasero, y adelantan aunque sea zona prohibida, para hacer unos metros a gran velocidad y verlos parar en el semáforo que tú llevas ya un rato viendo en rojo, pero que a ellos que tambié lo han visto, les importa un cuerno; sólo quieren ir delante, y rápidos , aunque deban frenar enseguida.
Y la rotonda. Hay varias, ahora las hay a millones por esta zona. Pero, ésta, es para , confesarse ,antes de acceder a ella. Hoy, yo sola, perfecto. Los demás dias, tengo la sensación y creo que compartida con muchos de los que a ella llegan, de que me juego la vida cada vez que me encuentro ante ella. Por dos entradas llega una carretera local; cuatro más son de entrada y salida de una autovía, y otras tres o cuatro más , de vias de servicio, con lo cuál, cuándo nos paramos nunca sabemos a ciencia cierta si, se puede salir porque el vehículo al que ves venir tomará una salida antes de llegar a dónde estás, o, si pasará delante tuyo para salir por otra. Así, que es un auténtico método de adivinación, intuición y temeridad, todas juntas, el atreverte a entrar ahí.
Porque claro, pocos ponemos el intermitente para indicar a dónde vamos , y así guiar un poco al que espera. No , eso es un gesto olvidado, y mejor no recordarlo ,perdiendo el tiempo con ello . Es una rotonda enigmática, nunca sabes por dónde te va a caer el golpe, ni a qué salida te va a mandar volando el que ,creías que iba a otro lado, cuándo por fin te decides a entrar.
En fin, hoy, todo era distinto. El resto del trayecto, apenas uno o dos coches casi al final.
Es lo que tiene salir pronto a la carretera. En festivo, claro.
De todas formas, no hay que descuidarse, no puedo quitar los ojos de tí.















No hay comentarios: