Maria piensa que su vida es de una monotonía y aburrimiento absolutos. Su casa, sus dos hijos y su señor marido. Todos hacen vida además fuera de esa casa, mientras que es todo lo contrario para ella. Rutina y rutina, y los demás , dependiendo de ella para toda la parte de dentro de casa y nada más . No es mucho más para ninguno de ellos, bueno sólo cuándo algo no está tal cuál lo desean ellos, con lo que no tardan en recriminárselo desde luego, pero nunca agradecen cuánto hace, eso deben pensar que va incluido en el puesto de madre -ama de casa y etc.
Y ella, recuerda , pues eso si que no han podido aún anulárselo al contrario de tantas otras cosas. Recuerda cuándo era joven y un auténtico torbellino, no cómo ahora, que es una pavisosa , según ella misma dice. Sonríe cuándo está sola, recordando aquellos años en los que era el motor de un grupo de amigas, todas cómo ellas, todas jóvenes y por tanto con grandes ánimos para todo, con tremendas ganas de comerse el mundo . Y ella, bailaba la que más, pero además literalmente; horas y horas, sin arte alguno eso sí, pero disfrutando a sus anchas. Y ella, conocía chicos y entablaba relaciones más o menos breves, pero en las que era feliz, por supuesto, sin más pretensiones que disfrutar plenamente . Y reía , eso siempre lo recuerda, lo mismo que yo. ¿Cómo podré olvidar su risa de entonces?. Nos contagiaba su alegria y buen ánimo perennes, en la hora que fuese, en el momento que fuera, ahí estaba ella, cómo siempre , riendo y llevándonos a todos de la mano, con ese espíritu cascabelero que era toda ella. Entonces.
4 comentarios:
La vista atrás hay que echarla lo justo... Hay que vivir el presente y, si no nos gusta, cambiarlo en la medida de lo posible.
Saludos.
Algo más o menos así, intento explicarle.Cómo siempre creo, le falta valor. Saludos
Triste evocación de otros tiempos mejores.
Excelente relato Catalina
Besos
Pues muy amable Athos, me alegra que te guste. Gracias y saludos
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